lunes, noviembre 06, 2006

Tengo una debilidad


Y se llama Parle-G. Por 4 rupias tengo este maravilloso placer para el paladar, exquisito para auténticos sibaritas y gourmets (que se note que trabajé en un departamento de comunicación especializado en productos de alta gastronomía).
Pues eso, aunque extrañe el aceite de oliva, el 'pà amb tomàquet' y el 'pernil dolç', endulzo las tardes y las mañanas y todas las horas con estas maravillosas galletas.
A diferencia de la otra vez que vine, donde no comía nada y mis defecaciones eran fluorescentes (ya sé que son temas asquerosos, pero ser una 'gusiluz' a la hora de ir al WC no me gustaba nada), ahora sí que como. Y, es más, estoy degustando la gastronomía. Aunque siempre sea arroz con algo, chapati y dhal (lentejas), al final le pillas el gustirrinín (aunque tengo que confesar que el otro día que fuimos a comer fuera almorzé un croissant de chocolate que te mueres).
La cocinera es la 'mauji'. Y esta es la anécdota.